Ahora que el Licey le pasó lo que le pasó en Santiago, no es tiempo de lamentos, ni de vestirse de negro, hago maletas y me mudo para el Escogido, donde me esperan buenos amigos Rojos, quienes me han dicho, que desde que llegue, me tienen preparado mi uniforme y una enorme corneta.
Algunos aguiluchos me han señalado de forma burlona y hasta amenazante, que voy a llorar dos muertos, no les hago caso y mi movimiento hacia el fiero León, es inevitable.
Mi adhesión a los Escarlatas, es necesaria, obvia, y la decisión la tomé sin mayores conflictos sentimentales. No puedo distraerme, y ponerme analizar lo sucedido, sé que el dolor es grande, ya habrá tiempo para derramarles unas lágrimas al Glorioso.
Por eso a partir de las cinco de la tarde de hoy, estaré apoyando delirante y activamente a los Leones, mi causa será la de Moisés y Oberkfell.
Sé que de frente tendremos un rival que nunca se da por vencido, por eso no podemos descuidarnos.
Entonces a jugar béisbol y darles tablas a los amarillos.
ESCOGIDO CAMPEON.