martes, 10 de julio de 2012

Un cambio en la educación.


La madre da un brinco de alegría al enterarse de que su querida flaca se fue en la primera convocatoria, y se encamina hacia el bachillerato, se siente contenta, ella apenas llegó a un tercero de la primaria, sin embargo en esa alegría por el logro alcanzado, sabe la madre que todavía falta mucho camino en la enseñanza de su niña, eso sí la entristece que después de tantos años cursados, pre-kinder, kinder, hasta llegar a octavo curso, su hijita solo lee y escribe, nada mas. Ya tiene pensado hacer unos ahorritos para pagarle un curso de computadora o de inglés.


El padre se siente orgulloso, Pablito ya casi está a las puertas de la Universidad, ha sido un largo camino, piensa el padre, recuerda de esos agostos tormentosos, en donde tenían que ingeniárselas, no solo para buscar el dinero de la inscripción y los útiles de Pablito, también los de Margarita y María Mercedes.


Se siente feliz por lo alcanzado por su primogénito, y claro consigo mismo, porque entendió la dinámica de la sociedad, e hizo un esfuerzo mayor, así Pablito realizó varios cursos técnicos, con lo aprendido en ellos, desde hace unos meses ya labora en una empresa 


Otro padre en un lugar de Santo Domingo Oeste, piensa que es urgente reformular el sistema educativo dominicano, cambiar ese modelo que reproduce personas que no generan ideas, que no están hábiles siquiera de conseguir un empleo, después de pasar mas de 12 años metidos de una aula a otra, con el costo económico para las familias y para el Estado.



Es inaplazable darle un nuevo rumbo a la educación dominicana, se logró el compromiso del 4%, sin embargo, más recursos no indica necesariamente que habrá mas calidad en la educación, por eso, es de urgencia cambiar un modelo que hace tiempo colapsó.