En el país es muy sencillo obtener un teléfono celular, y hay quienes tienen varios aparatos, se consiguen desde precios muy económicos hasta altas sumas de dinero. Este boom de los celulares ha cambiado la forma de comportarse de miles y miles de personas que no pueden en ningún momento alejarse de sus móviles.
Los celulares acercan a muchas personas y hacen que a través de llamadas, mensajes, tweets, se mantengan una comunicación fluida, sin embargo abre una brecha con las personas que se tienen cerca, porque la adicción hace que se obvie o se le ponga poca atención a quienes forman parte del día a día, a aquellos con quienes solemos compartir cara a cara.
No importa hora, ni lugar, los celularhabientes no pueden dejar de dedear, en la casa, en la oficina, en un brindis, la celebración de una boda, bautizo, en una disco, al dar pésame en una funeraria, al caminar, al conducir, y me cuentan que hasta en la intimidad precisan de estos amiguitos de la modernidad.
Es una nueva generación de personas que parecen robots, de cuellos inclinados hacia abajo, y ágiles dedos, una generación que se comunica mejor por esa vía, que sin darse cuenta sucumbió ante la tecnología. Los profesionales de la conducta reciben las visitas de estos nuevos clientes de la era digital, porque cuando se sienten atrapados y la adicción los vence, lo más prudente es ir donde alguien que los ayude a salir del abismo.
Es una verdadera locura lo que se vive, me contaba una jovencita que no dejaba el celular ni para ir al baño y que permanentemente lo revisa a ver si hay mensajes o llamadas. Hace unos años estaba muy de moda encontrarse en oficinas, personas jugando en las computadoras el famoso juego de cartas Solitario, hoy en día con el auge de los celulares dicho juego está en desuso, debido a que los celulares tienen un montón de juegos más novedosos.
La tecnología sin lugar a dudas que han venido a facilitar y hacer más sencilla la vida de las sociedades, acercan y mejoran las relaciones humanas, sin embargo hay quienes se aferran y sin quererlo se convierten en esclavos sin grilletes de ella.
Lo ideal sería el uso moderado y si se quiere racional de los móviles, hacerle caso a los amigos y personas relacionadas cuando nos hacen una critica, cuando nos señalan la adicción. Darles un uso adecuado y tratar de favorecer las relaciones interpersonales.
En fin que tengamos dominio sobre ellos y no lo contrario.
